jueves, 10 de mayo de 2012

La estocada del triunfo

Esta tarde comienza la Feria de San Isidro, el ciclo taurino más esperado por aficionados y profesionales. Del 10 de mayo al 2 de junio serán muchas las sensaciones que se vivirán en el coso madrileño.  Habrá nervios, esperanza, ilusión, alegría, lágrimas de emoción, dolor por la sangre derramada, arte (mucho arte), calor, fabulosos pasodobles, palmas, aburrimiento, vítores, despedidas, pitos, orejas, trofeos, lluvia... pero sobre todo habrá mucho toreo, de aquel que emociona el alma y queda grabado en la retina de los privilegiados testigos de semejante ritual.
Muchos jóvenes toreros acartelados, los llamados de segundo o tercera fila, se atarán fuertemente los machos con objeto de pegar la estocada del triunfo, la estocada de su futuro. Y ojalá que sean muchas las jóvenes promesas que brillen en el ciclo isidril. 
Los carteles de este año, que han vuelto a elaborar la empresa Taurodelta, son muy variados pero tienen un defecto que salta a la vista: las grandes ausencias. La feria más importante del mundo no debería permitirse el lujo de celebrarse sin dos de los Reyes de la Fiesta Nacional: El Juli y José Tomás. Estos dos vacíos pueden estar más o menos justificados pero no ayudan a la complicada situación de la tauromaquia. 
Tampoco me parece adecuado que se haya prescindido de matadores de toros que se merecen una oportunidad, toreros que están esperando torear en Las Ventas para tirarse definitivamente a su "estocada del triunfo".Y que sin embargo, otros diestros, que han tenido muchas más oportunidades y que no pasan por su mejor momento, estén varias veces anunciados. 
Los profesionales que se merecen esa ventana abierta al futuro son muchos, posiblemente a algunos de ellos no los nombre, pero ahí están. Aunque si hay dos toreros a los que yo echaré mucho de menos en la arena madrileña son los albaceteños Sergio Serrano y Juan Luis Rodríguez, que se han ganado a pulso su entrada, y que un año más se han quedado fuera. La afición se merece que los empresarios den entrada a nuevas promesas del toreo... que dejen paso a toreros que levantarán pasiones, como ya lo están haciendo Iván Fandiño o David Mora, dos diestros que han estado a punto de quedarse en el olvido y que en esta temporada están llenando las plazas. Espero, y deseo, que se haga justicia con ellos, que se les acartele muy pronto y que cosechen el triunfo que tanto se merecen. 
¡Que Dios reparta suerte y que sean muchos los que logren su estocada del triunfo!


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